La Casa de las Siete Chimeneas
Ubicado en la Plaza del Rey dentro del Barrio de Chueca, encontramos la Casa de las Siete Chimeneas, edificio del siglo XVI que a lo largo de los siglos ha sido testigo de todo tipo de eventos e historias de fantasmas.
La Casa de las Siete Chimeneas, edificio de la época del Madrid de los Austrias, fue construido entre los años 1574 y 1577 y fue diseñado por el arquitecto Antonio Sillero para Pedro de Ledesma, Secretario de Indias. Es uno de los palacios más antiguos de Madrid y se encuentra situado en la esquina de Calle de las Infantas con Plaza del Rey. En la actualidad, en la Casa de las Siete Chimeneas encontramos el Ministerio de Cultura y su estado actual es fruto de una serie de modificaciones realizadas con el paso del tiempo.
En el siglo XVIII la casa fue ocupada por el Marqués de Esquilache, un italiano Ministro de Hacienda de Carlos III. Durante el motín de Esquilache, provocado por la prohibición del marqués de llevar capa larga y sombreo chambergo, la casa fue saqueada por los protestantes, que mataron a uno de los mayordomos que se opuso a su entrada. El Marqués no fue herido porque no se encontraba en el edificio pero, tras la airada protesta, Carlos III prescindió de sus servicios como ministro y tuvo que volver Italia.
Más tarde, durante el siglo XIX el edificio fue restaurado y acondicionado para convertirse en sede del Banco de Castilla. Ya en el siglo XX, durante la dictadura de Primo de Rivera, aquí se instaló la primera sede del Lyceum Club Femenino, una asociación cultural feminista, destinada a defender la igualdad entre mujeres y hombres. Además, es Monumento Histórico Artístico desde el año 1948, su última reforma se produjo en 1957 y en 1995 fue declarada Bien de Interés Cultural. En los años 80 (1980-89) fue sede del Banco Urquijo, e inmediatamente después pasó a serlo del Ministerio de Cultura, hasta nuestros días.
Pero es que, además, la Casa de las Siete Chimeneas es famosa por una gran variedad de leyendas que se cuentan sobre ella… una de ellas dice que, en la época de Felipe II, el edificio fue vivienda del capitán Zapata y su esposa Elena, hija de un caballero a las órdenes del rey. Meses después de contraer matrimonio, Zapata perdió la vida luchando en la guerra de Flandes y poco tiempo después su desgraciada esposa Elena apareció muerta en su dormitorio de la Casa de las Siete Chimeneas. Las causas de la muerte no se esclarecieron y el cadáver desapareció, por lo que en el Madrid de la época no se hablaba de otra cosa y el pueblo aseguraba haber visto el fantasma de Elena deambulando entre las chimeneas del tejado del palacete, arrodillándose, dándose golpes en el pecho y desapareciendo. Se dice que incluso hoy se puede observar al fantasma paseando entre las chimeneas.
Otras teorías aún más enrevesadas aseveran que Elena fue amante del mismísimo Felipe II y que posiblemente él tuviera algo que ver con la muerte de la joven, que el palacete fue construido para encerrar a una hija ilegítima del Rey que acabó volviéndose loca entre los muros de la Casa de las Siete Chimeneas, o que el mayordomo asesinado durante el Motín de Esquilache aún puede verse paseando por los pasillos que se encuentran cerca de la puerta de entrada.
Lo cierto es que hay dos hechos que de alguna forma alimentaron todas estas teorías que a priori parecen tan “descabelladas”: durante la reforma que sufrió el edificio a finales del siglo XIX, fue descubierto el cadáver de una mujer entre los muros de los sótanos de la casa, junto con una bolsa con monedas de la época de Felipe II. Y, además, durante las últimas obras de reforma a finales de los ‘50 se volvieron a desenterrar restos de otro esqueleto emparedado, ésta vez masculino y hasta día de hoy, anónimo… ¡otra historia más que añadir a los misterios del antiguo Madrid!
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