Juana la Beltraneja - Ilustraciones

Juana la Beltraneja: la madrileña que pudo cambiar la historia de España

En los rincones históricos de Madrid, surge la intrigante figura de Juana la Beltraneja, cuyo nombre resonó en las luchas por el trono y los pasajes más sorprendentes de España en el siglo XV.

El enigma de una heredera cuestionada

Juana la Beltraneja, cuyo nombre completo era Juana de Castilla, llegó al mundo en medio de un misterio. Se lanzó la duda sobre quién era realmente su padre, si el legítimo rey, Enrique IV de Trastámara, o Beltrán de la Cueva (de ahí el apodo “Beltraneja”). La pregunta sobre su verdadera paternidad abrió la puerta a una contienda sucesoria que haría que las Kardashian envidiaran el nivel de intriga. Se habló de una supuesta infidelidad de la reina y se llegó a alegar que el rey era o bien homosexual o bien impotente. Todas estas acusaciones no tienen prueba alguna que las sostenga a día de hoy, pero lo que sí tenemos es la pista de un increíble descubrimiento científico: el médico judío Samaya Lubel habría practicado la primera inseminación artificial en la reina, madre de Juana, para poder concebirla.

Al tener dificultad para quedarse embarazada, la reina habría acudido al médico pidiéndole ayuda y él, con el diseño de una cánula de oro, habría hecho posible la fecundación. Este hecho habría sido usado incluso como argumento en contra de la supuesta impotencia del rey, haciendo que la nulidad del matrimonio no fuera posible, llegando a decir que la reina podría haber sido “fecundada sin perder la virginidad” como una forma de recalcar su pureza y de hacer también inadmisible la idea de que pudiera haber sido infiel. Sin pruebas reales de la ilegitimidad de Juana, tenemos que aceptar que es posible que fuera la primera niña concebida por reproducción asistida de la historia.

Aunque así fuera, en el siglo XV su legitimidad fue un enigma sin resolver que lanzó a España a una lucha por el trono entre Juana y su tía Isabel, que más tarde sería Isabel la Católica.

La Guerra de Sucesión Castellana: Batallas y Conspiraciones

De hecho, esta cuestión desatará la conocida como Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479),  una época marcada por batallas, alianzas cambiantes y conspiraciones palaciegas. En medio de esta tormenta de poder, Madrid fue el epicentro de la acción. En uno de los bandos, Juana la Beltraneja, que contaba con el apoyo de un sector de los nobles castellanos y de Portugal, gracias a que se había casado con su rey, Alfonso V. En el bando contrario, Isabel de Castilla, casada ya con Fernando de Aragón (¿nos suenan los Reyes Católicos?), que formaron una poderosa alianza uniendo sus reinos.

Tras ser vencida en la batalla de Toro (1476) y tras la crucial posición del Papa Sixto IV, que reconoció a Isabel como legítima reina, la causa de Juana tuvo cada vez menos apoyos y se vio cada vez más sola, hasta que en 1479 su marido, Alfonso V, firmó el tratado de Alcaçovas y los portugueses se retiraron.

Después de esta firma, Juana se recluyó en el convento de Santa Clara de Santarem, obligada a tomar los hábitos y a permanecer como monja de clausura. Después de un año de novicia, tomó los hábitos y vivió hasta el año 1530, firmando hasta su último día como “Yo, la Reina”.

La historia de Juana la Beltraneja nos recuerda que incluso en los momentos más tumultuosos, las personas de carne y hueso dejaron su marca indeleble. En Madrid, la historia cobra vida a través de los restos de palacios y las calles que ella y otros protagonistas recorrieron. Si quieres descubrir más sobre madrileños/as ilustres, no te pierdas nuestros Free Tour Madrid . ¡Te esperamos con los brazos abiertos!

 

 

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